sábado, 2 de diciembre de 2017

La Seguridad Nacional: "Una para Dios y una para el Diablo" (I)

                                                                        

                                                                      

Ilustración: César Vázquez

Por: Marcel Márquez / I parte

El mes pasado se cumplieron 26 años del lanzamiento del disco Documento de actitud de La Seguridad Nacional. En una trayectoria de más de tres décadas, la banda vivió intensamente la ciudad, la espiritualidad y el rock and roll. Fuerza Cósmica Cari Cari, en un detallado trabajo de investigación, deja un testimonio de su larga trayectoria, con intervención directa de las voces de Gustavo, Yatu y Cangrejo. Está dividido en tres partes, una entrega semanal. Quedan todos invitados a este viaje que va orbitando entre la visceralidad de la ciudad y la espiritualidad del templo.



La Azulita, Churuguara, Caracas, Sabana Grande, L’antro, The Beatles, psilocibina, Siouxsie and The Banshees, Joy Division, demerol, Tito Rodríguez, Trío Los Panchos, thc, Hare krishna, Avadhuta Maharaj, Guru deva, insolencia despiadada y mucho rock inflamable. Todos estos elementos, sumados a tres personalidades fulminantes, forjaron el carácter y la actitud del rock venezolano para dejarle un tatuaje a la identidad que grupos de la década del 70, como La Ofrenda de Vytas Brenner, y Spiteri, habían proyectado en el ritmo y los acordes de la emergente escena nacional.

A finales de los años 70 Gustavo Corma dejaba atrás la sicodelia de Sky White Meditation para formar Sarna “Pica y se extiende”, una banda con la cual junto a Abraham García “Cangrejo” crearía los primeros temas que serían detonantes para el repertorio de la que años más tarde se convertiría en una agrupación de culto dentro de la historia del rock venezolano: La Seguridad Nacional. Paralelamente a Sarna, se germinaba la semilla de S.N, conformada en sus inicios por Gustavo Corma (líder), Gustavo Montaño y Jesús, quien en un corto período abandonaría la agrupación para dejar una vacante que más tarde sería ocupada por Juan Bautista López “Yatu”.

“Un día me tocaron la puerta y había un cocopelao con los ojos pintados de negro, con una guitarra, un flux negro, y me dice: ‘¿tu eres Gustavo?’ Y yo: ‘si’. ‘Yo soy Yatu, yo tengo una banda en Maracay, me dijeron que tu tienes una banda aquí y yo quiero tocar contigo’. Y yo le dije: ‘Bueno, véngase’, y empezamos a tocar y ahí empezó a fluir la magia...”, narra Gustavo Corma en una entrevista realizada por Kara Febles (Sofía Insomnia) para el programa El otro rock.

Queda entonces Gustavo Corma con un nuevo integrante en la banda, con quien rápidamente se generó una empatía creativa, pero tenían un problema: no tenían baterista. “Empezamos a buscar baterista, no conseguíamos baterista. Los bateristas salían con dolor de cabeza. Entonces llegó Cangrejo y dijo: ‘Pero yo puedo tocar batería’. Entonces quedó La Seguridad, pero nos faltaba el bajista. Gustavo Montaño, por x o por cua (sic), salió... y nos quedamos Yatu, Cangrejo y yo, y como no había bajo tocábamos con dos guitarras y batería...” Así echa el cuento Gustavo Corma fundador de la banda que escogería por nombre el del cuerpo represivo que operó en Venezuela durante la dictadura liderada por el general Marcos Pérez Jiménez. 

Por su parte, Cangrejo -en otra conversa donde narraba su historia- le contó a Febles: “Yo nunca pensé que iba a formar parte de La Seguridad Nacional (...) Gustavo y yo componíamos desde antes en guitarras, música subversiva, rock & roll en español (...) Creo que en el 82 un amigo mío, un francés, me llama para que me fuera con él a Mérida a diseñar un juguete para el Museo de los Niños, un juguete didáctico de 12 metros por 12 metros (...) Se rompe entonces en ese momento la unidad Cangrejo/Gustavo haciendo música, y estábamos probando músicos para formar una banda que se iba a llamar la Sarna. Cuando estoy en Mérida Gustavo me llama y me dice: ‘Mira, tienes que venirte , porque tienes que conocer un tipo que toca guitarra arrechísimo, toca mejor que yo’. Y era Yatu. Cuando conozco a Yatu y veo la forma que tenía en aquel entonces de componer me quedé amarillo y dije: ‘Estoy conociendo a un artista’. Estaba sumamente influenciado por la cuestión Hare Krishna, entonces su personalidad y sus actos estaban muy movidos por la modalidad de la bondad.”

Yatu, removiendo las memorias de su infancia en Churuguara y la sierra de Falcón, su adolescencia en el templo Krishna, y su juventud temprana tocando con la Kámara de la Tortura y en las noches versiones en bares de la ciudad para mantener a la familia, llega al recuento de aquel encuentro histórico con Gustavo Corma, donde juntos sembraron la semilla que germinó la banda que daría un giro definitivo a la historia del rock nacional: “Una vez en el templo, yo estaba ahí de monje y apareció un jipi, poeta y tal, que era Cangrejo mismo. Siempre se la pasaba por ahí y nos hicimos amigos. Siempre me llamó la atención la pinta de Cangrejo. El pana parecía como un príncipe de los 1500 por allá (...) Cangrejo después se fue para La Azulita y Gustavo estaba en Nueva York, para ese tiempo no lo conocía. Cuando salí de la Kámara me vine para Caracas un tiempo y me encontré un día con un amigo argentino y estuvimos conversando por ahí por Plaza Venezuela. ‘Mira, vale. por ahí hay un amigo mío que vino de Nueva York, yo creo que si lo conoces se van a hacer amigos porque toca lo mismo que tu haces’. Entonces me llevó a la casa del pana y era la casa de Gustavo. Hicimos una prueba de guitarra. ‘Mira, pana, yo tengo está canción y tu tienes esta canción’, y ¡charan! De una vez como si hubiésemos tocado veinte mil vidas desde antes...”

La anécdota es revivida por cada uno y por separado décadas después, gracias al empeño de Kara Febles y Moisés Flores de tejer con puntadas finas la historia del rock venezolano en su esencia más contracultural, desde su programa de radio on line El otro rock.

Pasaron más de 30 años desde que Yatu, Cangrejo y Gustavo sacudieron Caracas con una postura vanguardista y transgresora, donde la premisa era vivir el rock intensamente desde las vísceras, tragándose y escupiendo a la ciudad en cada rif de guitarra, cada verso y cada golpe de batería. Una banda autogestionaria que fue creando redes y circuitos alternativos a la industria musical y cultural del momento, que estaba totalmente cerrada a nuevas propuestas que no estuvieran enmarcadas dentro de los géneros tradicionales de la música popular, explotados por el mainstream de la época.

En el camino ocurrieron cosas, las circunstancias que van viajando con alguien que la vida y el destino moldea para ubicarlo más allá del bien y el mal. Cuando la mueca, el terror, el amor, la espiritualidad y la carcajada acompañan por igual, van orbitando alrededor los personajes más siniestros y mas benevolentes, los más amorosos y los más despiadados, la alegría y la confusión bailan la eterna danza rudra tandava de la destrucción que iniciaron hace miles de años la diosa Kali y Lord Shiva, desde una cosmovisión transformadora que redirecciona las energías negativas para convertirlas en positivas.

Camino espiritual, Hare Krishna y rock and roll

“Me considero devoto intrínseco, completo, total, unánime, a plena luz de la luna y el sol, de la santísima trinidad, porque eso es lo que yo soy y he sido: sexo, drogas y rock and roll”. Con esta declaración de principios, Cangrejo aclara su postura ante la vida a sus 60 años, después de haber recorrido distintos terrenos mágico-religiosos, donde cultivó su espíritu con lo que le sirvió, desechando lo que no le sirvió.

“He dormido mis momentos intentando encontrar paz / he pretendido olvidar que soy alma espiritual” canta en su tema "Rap can". Fue un antiguo devoto de la Asociación Internacional para la Conciencia de Krishna (ISKCON, por sus siglas en inglés), siendo iniciado por su maestro espiritual (gurú deva), su divina gracia Avadhuta Maharaj, ruta iniciática que compartió con sus compañeros de banda Juan Bautista López y Gustavo Corma.

“Yo venía caminando en Nueva York y había un afiche que decía: ‘Concierto contra Maya’. Maya quiere decir ilusión...y cuando vi el listado de bandas, eran las que más me gustaban en esa época. Estaba Beastie Boys, que en aquella época hacían hard core (no hacían hip hop); estaba Suicidal Tendencies, que eran unos niños que llegaban patineteando a tocar; estaban Bad Brains. Bueno, una cantidad de bandas, todas las que me gustaban (...) Fui a ver la cuestión y estaba organizada por los devotos Hare Krishna y la mayoría de los que pertenecían a esas bandas iban al templo y yo me pegué (...) Ahí empecé a incursionar en la religión hindú, a leer los vedas y conocí al que fue mi maestro espiritual, una de las personas que más me influenció (...) La primera vez que leí a Bolívar fue por mi maestro espiritual, aunque ustedes no lo crean, para que vean qué raro es el mundo”. Es así como recuerda Gustavo Corma, en una entrevista de 2016, sus primeros encuentros devocionales hacia Krishna, deidad perteneciente al panteón del hinduismo.

En una conversación más reciente en el espacio Laboratorio Infrarrojo, un programa de entrevistas disponible en Youtube, Gustavo agrega a sus memorias: “Cuando comenzamos nuestro viaje espiritual a Prabhupada lo llamábamos el viejito de la India, a gurú Maharaj lo llamabamos el gordito pilón, le teníamos su sobrenombre a cada gurú. Nuestro gurú eran los hongos, de verdad, y te lo voy a decir claramente, estábamos en esa. Nosotros estábamos en una búsqueda espiritual, pero preferíamos a Don Juan que a ningún indiano, ¿me entiendes? Porque la India estaba muy lejos, los mexicanos estaban aquí cerca, entonces eran preferibles las enseñanzas de Don Juan que las enseñanzas de no sé quién por allá, pero éramos nosotros. Yatu, en cambio, sí desde muy joven se fue para el templo con Avadhuta Maharaj, quien fue mi primer maestro espiritual”.

Gustavo en su relato deja clara esa postura transgresora de aquellos años, cuando Guredeva se convirtió en un guía para la banda. “Avadhuta Maharaj era un maestro muy especial, y me tomó mucho cariño y aprendí muchísimo con él. Pero era un avadhuta, un loco, y nosotros éramos unos locos, éramos como los poetas malditos, una cuestión de ‘¿cómo te vas a enamorar con la vida si vives flirteando con la muerte?’ Porque es una cosa que te atrae, la oscuridad, lo misterioso, la calle, los bares, las prostitutas, el alcohol, las drogas... No sé, hay unos que nacemos con esa maldición y, sin embargo, hay personajes como los gurús (algunos gurús porque otros están por el billete nada más), o como algunos padres, algunos curas, que deciden sacarte de esa miseria y enseñarte otro camino. Y así era como uno estaba, como hizo siempre, una pa' dios y una pal diablo...” 

De los tres, Yatu fue el que desde joven estuvo más comprometido con la devoción, llegó al templo Krishna de Los Chaguaramos, en Caracas, a los 15 años. Una vez en Coro, estado Falcón, un amigo le habló de George Harrison, su conexión con la India y su música Posteriormente, gracias a un primo que le prestó una revista de rock argentina, llamada Pelo, vio una foto de George Harrison con los Hare Krishna. Sintió una conexión mística que fue dándole señales en el camino, donde se encontró con devotos que le facilitaron folletos y revistas, hasta que decide ir a Caracas directamente al templo. Al llegar y sentirse tocado por la espiritualidad del ambiente se quedó a vivir, se convirtió en monje a tiempo completo desde los 15 hasta los 21 años. 

“Yatu es un nombre iniciático, que viene de la cultura oriental de los vedas, es Yatu Karnia y tiene muchos significados en base a una personalidad que genera distintos tipos de manifestaciones (...) Yatukarnia es el centro del sol, del fuego, es el alma del fuego. Y a la vez como es el alma del fuego está íntimamente relacionada con la garganta del creador que es el canto, el sonido de la voz del creador”. 

Con la pasión de un discípulo Yatu deja aparecer algunos pasajes védicos en su histora. “Y a la vez es un semidiós porque gerencia la parte que ilumina el universo que es el sol mismo. Cuando Agni o Surya que es la misma personalidad, de acuerdo a la modalidad donde está...Cuando Surya está completamente metido en el servicio del sol que se vuelve fuego, fuego puro completo y pierde la personalidad de semidiós, el está haciendo su servicio de iluminar el universo, entonces llega un momento que los otros semidioses como el agua, el aire los representantes de todo eso quieren tener una reunión con él, entonces lo llaman es por el nombre: Yatu, Yatukarnia. Entonces empieza, a través de ese nombre, a tomar una forma aparente a la humana para salir de la esfera interna del sol y manifestarse como lo más natural posible para el relacionamiento (sic) parecido al humano. Ese es el nombre. Eso no significa que soy yo, y a la vez es un cantante, es el canto”.

Esta fue la historia detallada que Yatu narró a Febles en la entrevista anteriormente mencionada, sobre los origines de su nombre devocional. Investigando un poco más allá, motivado por interés mutuo que compartimos vinculado al hinduismo y toda su mitología, intenté compilar más información sobre el nombre Yatukarnia sin encontrar ninguna pista. Entiendo lo extenso que son las escrituras védicas y el Bagavad gita, pero se volvió un misterio que ahora ocupa mi atención no encontrar ni si quiera una pista más allá de las ofrecidas por el propio Yatu. Sin embargo, sobre Agni y Surya hay muchos pasajes en el Bagavad Gita, incluso considerable información en internet.



Avadhuta Maharaj


Srila Bhakti Viraha Prakas Avadhuta Maharaj, nacido en la ciudad de Guanta, estado Anzoátegui, y bautizado como Jesús Antonio Mijares Luy, se convierte en una figura influyente en el desarrollo de la banda La Seguridad Nacional. Y, con el pasar de los años, un referente importante en un circuito de artistas y músicos, particularmente de la ciudad de Caracas.




Avadhuta Maharaj, o Gurudeva, como era conocido entre sus seguidores, fue un hombre definitivamente tocado por una aura especial al nacer. Cuenta una leyenda urbana que nació debajo de un árbol por que su madre no llegó a tiempo al hospital. Fue un ser sobresaliente, sus inquietudes por las desigualdades sociales lo motivaron a estudiar sociología en la Universidad Central de

Venezuela, formó parte de la izquierda venezolana participando activamente en la guerrilla a finales de los años 60 y principios de los 70, fue escritor, director y actor de teatro. Su acercamiento al cultivo espiritual y al misticismo fue a través de las artes marciales, prácticas con las cuales llegó a ser cinta negra en Kung Fu, convirtiéndose en sensei cuarto dan.
En su búsqueda espiritual decide hacer un viaje a la India , donde se sumerge en las enseñanzas del shivaismo practicando yoga y meditación trascendental, llegando incluso a períodos de renuncia total donde pasó siete días en padmasana (posición de loto) dentro de una cueva sin agua, ni alimentos más que el aire y algunos insectos. Luego de esta temporada en la India, regresa a Venezuela y entra en contacto con los devotos de Krishna siendo iniciado como Viraha Das. Como consecuencia de su devoción, recibe la sagrada orden de renuncia Sannysa Vaisnava de Srila Prabhupada, máxima autoridad de la Asociación Internacional para la Conciencia de Krishna (ISKCON).

Dentro de esta asociación, como en toda organización de orden piramidal y jerárquica, existían muchos intereses personales y grupos de poder, y a los integrantes de ISKCON de Norteamérica no les convenía tener a miembros latinoamericanos dentro de los grupos de liderazgo más cercanos al máximo gurú. Prabhupada fue interpelado por miembros de su asociación, quienes interfirieron en el curso natural de la ceremonia. Decidió entonces entregar la orden sagrada fuera de las sedes de la asociación a los primeros latinoamericanos en convertirse en sannyasis. Al volver de India, Viraha Das se dedica a iniciar devotos y fundar templos en nombre de su maestro Srila Prabhupada, en Venezuela y el resto de Latinoamérica. Dos años después de recibir Samnyasa, su maestro espiritual abandona el cuerpo y Viraha Das tuvo la oportunidad de acompañarlo en el momento de su partida.

Antes de abandonar el cuerpo Srila Prabhupada dejó instrucciones a través de documentos, donde ordenaba la creación de un grupo de gobierno de ISKCON que sería conformado por sannyasis escogidos en distintas partes del mundo. Una vez más grupos de poder que operaban desde Norteamérica impidieron que Viraha Das formara parte de esta conformación ordenada por Srila Prabhupada. Este y otros eventos aislados, considerados injustos por Viraha Das, ocasionaron la ruptura con ISKCON. Al quedar fuera de la organización busca refugio en Srila Bhakti Raksaka Sridhara Deva Goswami Maharaj, un discípulo directo del hermano de Srila Prabhupada. Este nuevo guía espiritual aparentemente es quien le da un giro al nombre de Viraha Das agregando Avadhuta Majaraj al anterior. Desde entonces Jesús Mijares, Viraha Das pasa a ser un Avadhuta.


Un Avadhuta es un ser espiritual, un renunciante que ha superado la conciencia del ego, la dualidad y las preocupaciones mundanas comunes; que actúa libremente, al margen de cualquier norma social. Está más allá de las distinciones comunes entre bien y mal, no necesita obedecer reglas ni rituales, aunque los practique cuando se requiera. Un fragmento del “Avadhut Gita” (Canto del Avadhuta) atribuido a un escritor indio de nombre Dattatreya, cita los siguientes versos:

Yo no tengo ningún karma mental, sea bueno o malo;

Yo no tengo ningún karma físico, sea bueno o malo.

Yo no tengo ningún karma verbal, sea bueno o malo.

Yo estoy más allá de los sentidos;

Yo soy el puro néctar del conocimiento del Sí Mismo.


Este carácter desprejuiciado y, de alguna forma libertario, atrajo la atención de los integrantes de Seguridad Nacional hacia Gurudeva (Avadhuta Maharaj) y de Gurudeva hacia Gustavo, Cangrejo y Yatu. Mientras el templo de Los Chaguaramos estuvo a cargo de Avadhuta, siempre prestó apoyo a la banda, la cual se movía fuera del templo en circuitos bohemios y contraculturales de la ciudad, invitando directamente a varios amigos a formar parte de la prédica y la devoción, y atrayendo la atención de una población juvenil en una constante búsqueda de espacios que rompieran con las reglas tradicionales.

Para la década de los 80 y principios de los 90 el templo Krishna era frecuentado por muchos músicos, rockeros, punks, artistas plásticos, artesanos y una cantidad de personajes de distintas tribus urbanas que hacían vida en la ciudad de Caracas. En un momento comenzaron a surgir bandas conformadas por devotos Krishnas que estaban inspiradas por la música de George Harrison en su época más devocional, Ravi Shankar y bandas más actuales como Kula Shaker. Las agrupaciones Zapato 3, Trance Nuance y músicos como Cayayo Troconis, entre otros, frecuentaron el templo durante una época. “Básicamente éramos una esponja de locos, fueron muchos los diablos que atrajimos nosotros a ese lugar”, comenta Cangrejo sobre la época cuando Seguridad Nacional frecuentaba el templo.

Un concierto devocional


La primera imagen es la de un telón blanco cerrado, atravesado por unas manos antes de que comience a abrirse, al deslizarse el telón se descubre el cuerpo de Cangrejo lanzando flores al público. A su lado, con una guitarra terciada y un collar de flores naturales, está Yatu frente a un micrófono, invitando a subir al escenario a Cayayo. “Queremos recibir a nuestro hermano espiritual Cayayo (...) Haribol, Srila Prabhupa...Jai Sri Krishna, Jai haribol”.
Hay una energía eufórica en el ambiente, se escucha desde el público gente que grita “Cayayo”. Hay mucho humo que podría ser parte de los efectos especiales, incienso, marihuana o una mezcla de los tres.“Haribol” se escucha desde el público. Emerge la voz de alguien (que bien podría ser un seguridad del evento) decir “por favor, hacia abajo, para abajo, ¿te puedes mover?” Aparentemente despejando el escenario y sus alrededores, la gente está en un éxtasis ceremonial, el concierto no ha empezado y se siente una atmósfera de Kirtan (ceremonia donde se cantan mantras y se tocan instrumentos musicales).

Tras el intenso brillo de unas luces que queman la imagen, se van develando los cuerpos: Yatu, con una postura bastante serena y de júbilo que transmuta a una mueca de sátiro eventualmente, con un sobretodo de invierno y unas argollas que resaltan debajo de su cabeza totalmente al rape. Gustavo Corma con una cabeza que brilla por la ausencia total de cabellos, una cantidad notable de argollas, aretes y collares, totalmente vestido de negro y una postura que va de la serenidad a la soberbia y regresa en un constante va y ven, incluso pasando por el delirio con unos ojos que se desorbitan en los momentos cumbres de cada tema.

Cayayo, con una postura más bien tímida y de concentración, un discípulo que está atento a cada acorde que acompaña la composición del maestro, un chaleco negro y una camisa de seda blanco perla que irradia un brillo cuando choca con las luces. Vuelan flores del escenario hacia el público y las devuelven. Cangrejo vuelve a aparecer a mitad del performance llevando un collar de flores a una persona que está en el público en primera fila, con una pinta bastante glam, rulos alborotados y una braga estampada y ajustada. Desde el público aclaman a Cangrejo y Cayayo. Así transcurren 25 maravillosos minutos de video que dejan como documento audiovisual este histórico concierto de La Seguridad Nacional en el III Festival Nuevas Bandas en el año 1993.






4 comentarios:

  1. hola, soy gus de la sn, exelente escrito! gracias! uns sola correccion el gordito pilon era elmaestro del movimiento de la luz divina, guru maharasi creo se llamaba.. canchi y yo le escribimos una cancion llamada toma la luz dame la plata guru maharaj fue el maestro de mi maestro avadhuta ,y a el lo respetamos muchisimo...

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    1. Hola, Gustavo. Estoy bastante complacido de que este trabajo esté llegando a sus principales protagonistas. Gustavo Montaño también lo leyó, y me suministró más información de la que he recolectado.La intención de esta investigación era audiovisual en un principio, te llame por teléfono en una oportunidad para que hablaramos, pero el proyecto se fue dilatando y me quedé con la terca idea en mi cabeza y la responsabilidad histórica de recopilar cuentos para echarle el cuento de la Seguridad Nacional a los que no lo conocen.Bueno, el cuento lo estoy echando desde Brasil pero en un par de meses regreso a Caracas a seguir bregando a ver si lo hacemos audiovisual. Mañana cuelgo la segunda parte de III. Y muchas gracias por la aclaratoria Gus, para no dejar nudos en la historia; esa parte la cité de un fragmento de una entrevista y creo que transcribí mal el nombre, disculpa esa,se me escapó el dato. Saludos.

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  2. cada sonido musical es sentir las dulces palabras y humor de el gran maestro Gurudeva Srila Bhakti Viraha Prakash Avadhuta Maharaj GOURA KRISHNA RASOMATTAN TADARTE KILA CESTITIAM SRILA BHAKTI VIRAHAM AVADUTAM JAGAT GURUM DANDAVATS PRONAM DASYAM ANYABHILASITASUNYAM SAMPRADAYAVIHINA YE MANTRASTE NISPHALA MATAHVIRAGIA VIDYA SRAVANAM SEGURIDAD NACIONAL Y DESPIERTEN ALA CONSIENCIA AZUL QUE ES KRISHNA MISMO PADASERVANAMAN ARCANAM VANDANAM DASYAMSAKYAM PRABHUJIS ATMANIVEDANA

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  3. hola, excelente escrito, una investigacion muy exaustiva... solo quiero hacer un comentario que no es una critica ni una correccion, sólo agregar información más precisa: Cuando Srila Prabhupada abandona el cuerpo, viraja prakash va a la india a conocer y asociarse con Srila Sridar Maharaja, por instrucciones mismas de Srila Prabhupada... y cuando sridar Mj y Viraja prakash se encontraron, por primera vez, se reconocieron (de otras vidas) y viraha prakash no paraba de llorar de manera profusa, mientras sridar Mj lo interrogaba sobre su vida diaria y sus experiencias espirituales, hasta que Sridar Mj dice públicamente: HE AQUÍ MI ABADHUTA... en otras palabras, no fue un nombre, no fue un titulo, fue que sridar Mj reconoció en viraha la condición de avadhuta, un profundo estado del ser, del alma...

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