Este mes de junio se cumplen 20 años desde que Los Amigos Invisibles conquistaron el Jazz World Stage del Glastonbury Festival, en el Reino Unido, donde compartieron escenario con astros de la música como Eddie Palmieri, The Herbaliser y Groove Armada, entre muchos otros. Durante aquel 1999 no era muy común encontrar a venezolanos como turistas alrededor del mundo y su presencia en festivales musicales era prácticamente inexistente. Para soplar las 20 velitas de aquella apertura de Venezuela en el Glastonbury llega Sol Okarina con su cuatro a participar en uno de los festivales más longevos de música alternativa a nivel mundial.
Texto: Marcel Márquez
Fotos: Pablo Páez
Sol Okarina lleva en su aura la mística de los ríos Orinoco y Caroní. Nació en Ciudad Guayana, estado Bolívar, al sur de Venezuela. Nacida de madre venezolana y padre colombiano, a los doce años se muda a la ciudad de Bogotá, asumiendo esa doble nacionalidad que llevaba ya en su sangre por herencia familiar.
Es en Colombia donde termina de formarse como música, talento que desarrolló desde muy temprana edad en su tierra natal, donde compartía con su cuatro en grupos infantiles de parrandas y calipsos. Con más de 10 años de carrera y en plena promoción de su último disco, Planet4, Sol Okarina llega con su cuatro al Glastonbury Festival este 28 de junio explorando el instrumento que adoptó en Venezuela, pero que para ella no tiene fronteras, en tono cam - bur - pin -tón y en clave de Sol, que suene la Okarina.
¿Cuáles son tus recuerdos musicales de infancia en Venezuela?
Mis recuerdos musicales de la infancia en Venezuela son las comparsas de calipso en Guayana, cuando ensayábamos, bailábamos y tocábamos durante el carnaval en la calle. También tengo otros recuerdos muy vívidos que corresponden a las navidades, cuando agarraba mi cuatro y armaba una banda entre los amiguitos de la urbanización llamada "La Parrandista". Íbamos de casa en casa tocando canciones tradicionales.
¿Cómo llegas a Bogotá?
Llego a Bogotá en mi infancia a los 12 años, cuando a mi familia, por razones de trabajo, la trasladan a Colombia.
¿Cómo ha sido tu conexión con Venezuela desde que vives en Colombia?
Mi conexión con Venezuela siempre ha estado latente, mi mamá es venezolana y mi papá es colombiano, viajaba cada vez que era posible a visitar a los amigos, ir a las maravillosas playas a empaparme de Caribe, sol y por supuesto de música. La mitad de mi familia vive en Venezuela, nunca hubo una ruptura.
Igual cuando te exilias te adopta una nueva patria y así fue que se desarrolló mi carrera musical en Colombia.
¿Qué músicos venezolanos han influenciado tu carrera?
Por supuesto el tío Simón Díaz, Tambor Urbano, Serenata Guayanesa , Cuatro y Bumbac, Amigos Invisibles, María Teresa Chacín, Aldemaro Romero, Ricardo Montaner, Jesús Hidalgo, quien es un gran amigo, brillante músico, un gran ejemplo. Hay muchos otros que seguro se me escapan. Más que influenciar mi carrera han sido una influencia en mi vida.
¿Has tocado en Venezuela?
He tocado mucho en Colombia. En Venezuela solamente una vez, cuando viajaba con Aterciopelados toqué en Caracas.
Cuéntame un poco tu experiencia con Aterciopelados ¿Cuándo fue y cómo llegaste a ellos?
Ellos necesitaban una corista y multinstrumentista para los discos nuevos que había publicado Andrea, esto fue cuando recién me graduaba de la universidad de música. Llegué a ellos porque en mi experiencia como músico de sesión grabando jingles y comerciales, conocí a su guitarrista y él me recomendó para audiciones. Así lo hice, le canté al oído a la ruiseñora para conseguir su aprobación. Estuve de gira con ellos durante un año por Colombia, EEUU y otras latitudes, hasta que decidí hacer mis propias canciones.
¿Durante tu carrera has trabajado con músicos venezolanos?
Hasta el momento no he tenido la oportunidad de trabajar con músicos venezolanos. Sí he trabajado mucho con músicos de la frontera entre Colombia y Venezuela, de Santander, muy talentosos, como David Carrascal, mi guitarrista por más de siete años en Colombia. La gente de la frontera es muy agradable, bromistas y al estar cercanos no existen regionalismos ni nacionalismos, eso me gusta.
¿Qué elementos del folklore venezolano exploras en tu música?
Exploro el instrumento, el cuatro llanero y lo que fue la influencia de mi infancia en Guayana que me ha ido llevando a descubrir mi sonido auténtico. Influencias del caribe como el calipso, la soca, luego eso me ha llevado a encontrar otras conexiones con la música del caribe colombiano y la música africana que es la raíz de todas las anteriores. También me gusta explorar los sones de tonadas llaneras y tonadas orientales, el timbre de mi voz se presta.
¿Piensas que hay un punto de encuentro entre el folklore colombiano y el venezolano. En qué géneros musicales específicamente?
Claro que hay un punto de encuentro, tan claro como que entre el llano colombiano y el venezolano no hay frontera, el cuatro es el mismo en Colombia y Venezuela (aunque en Venezuela se toca en casi todo el país y en Colombia solo en los llanos orientales). En el llano no hay frontera, el río es el mismo, las canciones son las mismas, el cuatro es el mismo, el llano es el mismo y esto siempre ha hecho parte de mi discurso como artista.
Por otro lado en la música del Caribe hay diferencias, tanto tímbrica como rítmica; sin embargo todo se conecta con una misma raíz africana y antillana que es de donde viene la esencia.
¿El cuatro forma un elemento principal de tus proyectos musicales desde el principio de tu carrera?
Si. El cuatro me acompaña desde el inicio de mi carrera, fue nuestro "descubrimiento" durante el proceso de producción del primer álbum, ya que los dos sencillos que más han sonado de este álbum fueron los que se grabaron con el cuatro llanero. El cuatro se ha quedado conmigo viajando por universos sonoros que nos llevan a diferentes latitudes, no fue algo pensado, más bien fue algo que se dio así. Hoy en día pienso que el cuatro es tan hermoso y tan poderoso que los jóvenes en los colegios podrían querer tocar el cuatro en vez del ukelele si se compartiera más y se le diera más difusión. Sin ser necesariamente purista, puede haber otras formas de interpretarlo que no sean únicamente las maneras folclóricas, de ahí que mi álbum se llama Planet4, para dejar claro el instrumento que me acompaña y para inspirar otros jóvenes del planeta a tocar este instrumento. Talvez algún día haya una moda del cuatro, como la hay ahora del ukelele.
¿Cuál es el background que buscas en los músicos que te acompañan? ¿Que vengan de la escuela del jazz, el pop, el rock, el folklore?
Siempre me ha gustado explorar las influencias folclóricas y también las diferentes músicas latinoamericanas. Inicialmente tocaba con más músicos orientados al rock y el pop, con el tiempo esto ha venido cambiando, ya que he estado buscando conservar la claridad, pureza de mi voz y del instrumento acústico que me acompaña. Hoy en día trabajo con músicos dispuestos a la exploración sonora, muchos vienen del folklore y del jazz. También busco que sean versátiles y receptivos, abiertos al pop y la música electrónica.
En la grilla del Glastonbury apareces como "Venezuelan singer" ¿Normalmente con qué país te identifican cuando tocas fuera de Colombia?
¡Wow! No sabía esto. Normalmente me identifico como artista colombo-venezolana. Yo nací en Venezuela, desarrollé mi carrera en Colombia, en este momento establezco una base en Berlín, Alemania. Una pregunta como esta siempre será difícil de responder. Siempre he estado agradecida con los países que forjaron mi carácter y mi personalidad.
Creo que el hecho de que me acompañe con un cuatro hace el statement evidente, sin querer sale a flote la raíz y la raíz es innegable. Por mi parte, siento que pertenezco a los dos países, esa ha sido mi realidad siempre. Más a fondo con lo que realmente me identifico es como criatura terrestre, habitante de esta nave tierra en la que viajamos juntos por el espacio-tiempo. Por esta razón he decidido hacer un álbum que se llame Planet4, porque los nacionalismos, sexismos, especismos extremos a lo largo de la historia, solamente han traído catástrofes al planeta y no me identifico con eso.
Eso sí, jamás podré negar que Venezuela es amada de mi corazón y que viví una época dorada en ese país que me dio muchas alegrías.
¿En qué festivales internacionales has participado antes del Glastonbury?
En el South by South West, en Texas; LAMC y CMY, en Nueva York; Rock al Parque, en Colombia, aún me falta por conquistar los corazones de México. Ya estuve como parte de la delegación de Colombia en el Womex, en el 2017. Lo de este último fue más una cosa de networking y allí se abrieron muchas puertas para esta nueva aventura: por cosas del destino y de la vida terminé siendo catalogada en uno de los Showcasing Artist de este festival, ya que quedó registrada mi presentación para la radio nacional alemana y todos los artistas que quedaron registrados fueron enviados a la sede de la European Broadcasting Union, en Ginebra.
¿Cómo fuiste seleccionada para participar en el Glastonbury 2019?
Esa es una buena y larga historia. Glastonbury es una gestión que venimos trabajando hace ya más o menos dos o tres años. Un programador del Glastonbury había estado en Colombia para la rueda de negocios de la música llamada Black Music Market y allí, luego de no conseguir una cita con él en su apretada agenda, lo encontré por casualidad al final de las rondas de negocio, fuera del recinto. Le entregué mi disco y le dije lo importante que era para mí estar en su festival. En el año 2017 algunas bandas colombianas fueron al festival y él me envió un mensaje con el tour manager de las bandas colombianas, diciendo que quería invitarme a la próxima edición del festival. Así empezó nuestro contacto. Por cosas de la vida, en el 2018, tenía una gira programada en territorio europeo, dándole continuidad a todo lo que había conectado en Womex y la gira se cayó. Fue un duro momento, después de trabajar duro todo el año por este objetivo, sin embargo, como dice el dicho, "no hay mal que por bien no venga". Y aunque no pude viajar a Europa para hacer el tour, Europa viajó hacia mi.
En Colombia estaban haciendo una feria artística llamada Barcú y yo sabía que venía el programador del Glastonbury porque alguno de los curadores que me había propuesto para un showcase me había comentado que iban a traerlo. No estaba entre los showcasing artists de la feria, así que tuve que ingeniármelas para que el programador me viera tocar en vivo, ya que no programa a nadie si no lo ha visto actuando en vivo. Hice mi propio showcase para que pudiera verme cantar en un hotel de la Candelaria, sector donde era la feria. Luego lo invité a conocer la catedral de sal de Zipaquirá, un lugar mágico en Colombia que se conecta con mis ancestros, con quienes estoy muy agradecida ya que me han apoyado durante todo mi proceso de internacionalización.
¿Después del Glastonbury cómo sigue la agenda de conciertos?
Luego del Glastonbury sigo al festival Días Latinos, en Amerfoorst Holanda, también nos presentamos en Amsterdam, para luego seguir por España con conciertos en Barcelona y Madrid. Retornamos a Berlín con miras a tocar en esta ciudad y continuar organizando la agenda para seguir con presentaciones en la República Checa y Dinamarca, donde haremos colaboraciones artísticas en estas y otras latitudes.
Recomienda tres bandas venezolanas y tres colombianas que sigas en la actualidad
De Venezuela: Amigos Invisibles, C4 Trío y hay un joven que me gusta mucho se llama "Cuatro Sideral". Colombianas: Romperayo, Herencia de Timbiqui y la Payara.